Planteamiento del problema


El consumo del alcohol comienza principalmente entre los jóvenes que oscilan entre los 18-29 años y una razón de esto es porque cambian a un ambiente totalmente diferente y se relacionan con diferentes personas, ya que se encuentran en una transición de una etapa universitaria (Armendáriz, 2014) donde conlleva el estrés, la sobrecarga de trabajo, no dormir bien, afrontamiento de problemas sociales o emocionales y el intento de sociabilizar para encajar en un grupo social. Sin mencionar que es una etapa donde la influencia de los amigos, entra mucho en pacto con esta situación, se identifican como débiles y encuentran una solución con esta bebida antidepresiva (Armendáriz, 2012).

  Ingerir alcohol en cada organismo actúa de modo diferente, sin embargo es difícil tratar de manejar la cantidad que consume el individuo, pues el rango adecuado debe de ser de 4 copas mujeres y 5 hombres. Una cifra que claramente no es cumplida y al sobre pasar este rango que es cuando comienzan efectos adversos es cuando la persona comienza a tener actitudes negativas, como ser violento, intentar sobrepasarse con alguien del sexo opuesto, olvidar las cosas, exhibirse entre otras (Telumbre, 2017).  Es por cierta razón que ocurren acciones como violaciones, bullying, violencia, donde se derivan problemas emocionales y mentales que deben de ser tratados por profesionales a causa de que la persona puede perder la cordura y actuar de manera negativa sobre ella misma o la sociedad. Cabe resaltar que las personas que por lo regular sufren más de este tipo de actos son mujeres (Alonso, 2009).

   Es importante explicarles a los jóvenes cada vez que asistan a un centro de salud el uso adecuado de las sustancias nocivas, para evitar que desde esta etapa comiencen con enfermedades crónicas, solo por pasar un momento de diversión o de socialización, que tomen un criterio y sean más críticos al momento de salir y tomar de más. (Soler, 2017)

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